¿Qué es lo que tanto me

intriga y fascina de estos

personajes  tan recurrentes

en mi obra? La respuesta es

simple, en la vida

acelerada que a veces

llevamos, llena de prisa por

llegar a algún lugar,

siempre distinto a aquel en

el que estamos, sintiendo

urgencia de “algo” que nos

lleva a olvidarnos del aquí,

del ahora, del presente.

Inmersa en esa aceleración,

de pronto ante mí aparece

alguno de ellos y es como

un chispazo, un

caleidoscopio de color que

contrasta con el gris

concreto que los rodea. Ellos

normalmente están simplemente ahí, sin siquiera ser conscientes de  ello, embelleciendo, dando vida y color a todo lo que tocan, con su sola presencia.